Erase una vez tres cerditos, dos no eran trabajadores ni
buenos y había otro que era muy bueno y trabajador. En el centro del bosque
también vivía un lobo, y era muy bueno y honrado siempre ayudaba a los animales
y atendía a los heridos. Los dos cerditos malos decían: ¡vamos a reírnos del
lobo! Y siempre iban en bici cuando
estaban fuera. Y le daban cantazos con el tirachinas y le hacían de rabiar al
lobo. Un día se metieron a la casa del lobo y el lobo se iba a poner a leer en
su mecedora. Y entonces los cerditos se la quitaron justo cuando se iba a
sentar el lobo y… ¡se cayó de culo! Y se fueron riéndose. Se fueron a ver a su
hermano mayor estaba trabajando en el huerto, como siempre, llegaron los
hermanos contándole: Ja, que risa lo que le hemos hecho al lobo. Entonces el
hermano mayor les regañó y les dijo: no os portéis tan mal con el lobo, el
ayuda siempre a todos y es muy bueno. Un día salieron todos de paseo, los
cerditos y el lobo, los dos cerditos malos iban a 50 por hora, y el otro iba
normal. Entonces había un salto y abajo arenas movedizas y no calcularon bien
el salto y se cayeron, el lobo va corriendo a salvarlos y el hermano mayor
también, no podían moverse o si no se hundirían más, el
lobo vio una liana y tiro y tiro y los salvó a todos.
Entonces los cerditos le pidieron perdón y le dieron las gracias por salvarlos
y se hicieron unos súper amigos inseparables.
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